Conectar países para que trabajen juntos en la creación de un futuro mejor. Según el presidente chino, Xi Jinping, este es uno de los principales objetivos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el macroproyecto de transportes e infraestructuras que aspira a conectar Asia, Europa y África a través de distintos corredores terrestres y marítimos. El mandatario lo expresó así en la inauguración del Segundo Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional, que tuvo lugar en el Centro Nacional de Convenciones de China en Beijing el pasado 26 de abril. Según afirmó, el plan“brinda oportunidades para buscar el bien común”.
En su discurso de apertura, Xi renovó su compromiso de aumentar la apertura de la economía china, así como el volumen de importaciones de bienes y servicios. Recordó que su país cuenta con el mayor número de consumidores de clase media del mundo y anunció que reduciría aún más los aranceles. “Aunque estemos a miles de kilómetros de distancia, si aunamos esfuerzos para ayudarnos los unos a los otros podremos obtener beneficios para todos”, afirmó dirigiéndose a los cerca de 40 jefes de Estado que acudieron al evento. Entre ellos figuraban el presidente ruso, Vladimir Putin; el primer ministro italiano, Giuseppe Conte; y el paquistaní, Imran Khan. En total, la cita reunió a 5.000 participantes de 150 países, así como de 90 organizaciones internacionales.
Durante el foro, cuyo lema fue Cooperación en la Franja y la Ruta: forjando un futuro compartido más brillante, se firmaron acuerdos por valor de 57.000 millones de euros. Desde que Xi propuso el proyecto en 2013, ha generado negocios por valor de más de 5,4 billones de euros entre China y los países participantes, así como inversiones de más de 71.300 millones de euros y 300.000 empleos.
Proyectos viables con enfoque pragmático
El 27 de abril, la convocatoria acogió además una mesa redonda de líderes, que enfatizaron la necesidad de aplicar un desarrollo sostenible, buscar la eficiencia energética y apostar por las renovables. Todo ello se recogió en un comunicado, en el que también se subrayó la necesidad de que los proyectos comunes fueran económicamente viables. El documento recogió el compromiso de luchar contra la corrupción e instó a que los bancos de desarrollo multilateral –no solo los chinos– prestaran apoyo financiero a los proyectos.
Al finalizar la mesa redonda, Xi recordó que la colaboración internacional resulta imprescindible para obtener resultados duraderos y recordó que todos los presentes buscaban“una cooperación pragmática que conduzca a obtener resultados concretos”. Con ello se mostró de acuerdo Martin Jaques, académico británico y autor de Cuando China gobierne el mundo, para quien esta edición del foro fue diferente a la primera, celebrada en 2017. Según señala, se centró más en “afianzar ideas y establecer pasos prácticos para continuar lo ya conseguido”.
Klaus Schwab, fundador y presidente del Foro Económico Mundial, concluyó que La Franja y la Ruta había alcanzado su mayoría de edad en el foro, ya que había crecido hasta convertirse en un factor importante dentro de la economía global.
Para Rana Mitter, director del Centro de China de la Universidad de Oxford, Xi dejó claro que, lejos de amenazar o socavar un nuevo orden mundial, La Franja y la Ruta debe formar parte de él y contribuir a su estabilidad. “China es capaz de favorecer el desarrollo del Sur global desde muchas áreas y aportar fondos que otras entidades no pueden. Pero debe asegurarse de que los países con los que se alía sean socios de pleno derecho”, señaló Mitter, para quien resulta fundamental que todas las partes discutan sus necesidades y ninguna imponga sus condiciones.
Para el primer ministro paquistaní, Imran Khan, cuyo país participa en importantes proyectos de infraestructuras en el Corredor Económico China-Pakistán, la Iniciativa de la Franja y la Ruta es un ejemplo de todo lo que puede lograr un Estado asociándose con otros.“En un mundo de incertidumbre geopolítica, crecientes desigualdades y barreras comerciales, ofrece un modelo de colaboración, conectividad y prosperidad compartida”, afirmó. “Marca el inicio de una nueva fase para las naciones del mundo en la era de la globalización”.