China ha introducido recientemente permisos de parentalidad más tentadores para reducir las cargas derivadas del parto y de la crianza. Más de diez ciudades y provincias, entre las que se encuentran Beijing, Shanghai, Jiangxi y Qinghai, han adoptado medidas para apoyar a las parejas que tienen más hijos, como la prolongación de las bajas posparto para hombres y mujeres.
El mes pasado, Shanghai aprobó una revisión de las normas demográficas y de planificación familiar. Mediante este cambio, el permiso por maternidad se extiende 30 días y pasa a ser de 158 jornadas. Además, ambos progenitores tendrán derecho a cinco días de permiso pagado anual hasta que su hijo cumpla tres años. Beijing ha hecho lo mismo y ampliará la baja por maternidad de 30 a 60 días, que se suman a los 98 contemplados en la legislación nacional.
Con el fin de ayudar a implementar la política del tercer hijo, las provincias de Jiangxi y Qinghai también ha hecho lo propio. Además del permiso por maternidad del que disfruta el resto del país, las dos provincias concederán a las madres 90 días más. Por otro lado, los padres de Qinghai también tendrán derecho a 15 días pagados para cuidar a los recién nacidos y, los de Jiangxi, a 30.
De forma gradual, China ha ido adaptando su antigua política de planificación familiar de un solo hijo. En 2013 empezó a introducir medidas que permitían ampliar el número a dos y, desde 2016, la norma se implantó por completo en todo el país. En mayo de este año, el Gobierno central anunció una nueva política que anima a las parejas a tener un tercer hijo.
Según la Comisión Nacional de Salud, en 2016 el número de recién nacidos creció hasta situarse en 17,86 millones de niños, el registro más alto en 20 años. Sin embargo, en 2020 la cifra cayó a 12 millones.
El censo del año pasado reveló que la tasa de natalidad en China ha disminuido hasta situarse en 1,3 hijos por mujer. Pese a que supone una mejora respecto a los 1,18 vástagos registrados en 2010, cuando se llevó a cabo el sexto recuento, la media se encuentra por debajo del índice de alerta, situado en 1,5. “La tasa de natalidad se ha convertido en una problema para muchos países. No solo afecta a China, sino a naciones desarrolladas como Estados Unidos y Japón”, afirma Yang Hong-shan, vicedecano de la Escuela de Administración Pública y Política de la Universidad Renmin de China, en Beijing.
Según señala, ampliar los permisos de maternidad no basta para revertir la tendencia, por lo que reclama políticas de ayuda a la vivienda y subsidios para la crianza. “Solo mejorando las prestaciones sociales, como la educación, la protección en el parto y los servicios sanitarios, se puede aliviar de verdad la carga de tener más de un hijo”, asegura.
Más servicios y guarderías
Ren Yuan, del Instituto de Investigación Demográfica de la Universidad de Fudan, en Shanghai, advierte de algunos peligros. “Ampliar los permisos de maternidad y paternidad puede acarrear otros problemas, como incrementar el gasto de los empleadores o reducir la competitividad de las mujeres en el mercado laboral. Cuando el cambio entre en vigor, debemos tener soluciones concretas para garantizar que la modificación de la normativa no perjudique a las mujeres en sus lugares de trabajo”, recuerda.
La carga económica, la falta de guarderías o la preocupación por la carrera profesional de las futuras madres están entre las principales razones que frenan a las parejas a la hora de tener más hijos, según un documento publicado el 20 de julio que recoge medidas específicas para facilitar la búsqueda del tercer vástago.
Anuncia que, para 2025, el país establecerá un sistema de apoyo integral destinado a “reducir significativamente” las cargas de las parejas que deseen más descendencia. Para ello, se invertirá en servicios e instalaciones de atención de día y al embarazo, se reducirá el coste de la educación, se mejorarán los servicios de guardería y se protegerán los derechos laborales de las mujeres.