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Campos sembrados de solidaridad
Un agricultor conduce una sembradora de arroz por los campos de Jiashan, provincia de Zhejiang. 

Campos sembrados de solidaridad

La rica provincia de Zhejiang protagoniza un proyecto piloto que aplica el principio de “prosperidad compartida” al ámbito rural. Empresas y agricultores se reparten beneficios
ALEXIS HOOI, WANG LINYAN Y MA ZHENHUAN - 13 Dic 2021 7:52

Como muchos agricultores, Xue Aijun solía trabajar su parcela de 0,34 hectáreas a la manera tradicional. Se trataba de una labor dura, que le obligaba a depender del clima para ganarse el pan. Sin embargo, su vida empezó a mejorar hace cuatro años, cuando se introdujeron políticas, modelos de gestión y técnicas de agricultura avanzada en su comunidad rural que permitieron sembrar en la zona la semilla del éxito.

“Antes tenía que labrar la tierra yo mismo y dependía de la naturaleza para las cosechas de arroz”, recuerda Xue, de 53 años. “Ahora mi parcela forma parte de un modelo de gestión que me aporta ingresos buenos y estables, además de dividendos por el rendimiento de la finca. También trabajo para la empresa que la administra, por lo que recibo un salario de las 6,67 hectáreas que ayudo a cultivar. Suelo sacar como mínimo 100.000 yuanes (13.440 euros) anuales, más dinero de lo que solía cobrar”, relata.

Xue pertenece al creciente número de residentes de las zonas rurales del condado de Jiashan, en Jiaxing, que se está beneficiando de las amplias medidas destinadas a configurar las próximas etapas del desarrollo del país. A principios de junio, las autoridades del Gobierno central publicaron un documento que proponía la conversión de Zhejiang, una de las provincias más ricas de China, en una zona piloto para alcanzar la “prosperidad compartida”. Se trata de un plan que aspira a conseguir que la zona alcance el mismo producto interior bruto per cápita y los mismos ingresos de los residentes urbanos y rurales que los países desarrollados para 2035.

En agosto, mediante una reunión del Comité Central de Asuntos Financieros y Económicos, que encabeza el presidente, Xi Jinping, a su vez secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China, se perfilaron los pasos que habrían de darse para alcanzar este objetivo. Según se acordó, la “prosperidad compartida” se alcanzará promoviendo un crecimiento de alta calidad y un cambio gradual en esa dirección. 

Con 65 millones de habitantes, Zhejiang puede presumir de albergar a las empresas más importantes del sector privado. En este sentido, los últimos planes contemplan que sirva de avanzadilla y explore formas de evitar que el país crezca de manera desequilibrada o inadecuada. 

Apuesta por la formación

Existe un plan nacional, publicado por el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales y por el Gobierno provincial, que ya contempla el desarrollo rural de Zhejiang. En concreto, propone aprovechar su potencial económico para lanzar una zona piloto de revitalización en el campo durante los próximos cinco años. Perseguirá especialmente la “prosperidad compartida” en el ámbito de la agricultura y en los sectores rurales. Así, se espera que para 2025 se hayan logrado generar prácticas y modelos de modernización agrícola que puedan ser reproducidos.

La aldea de Xue, Changfeng, que pertenece al pueblo de Ganyao, refleja claramente los avances que se han conseguido. Desarrollos Agrícolas Zhejiang Jiayou, la empresa para la que trabaja, administra más de 480 hectáreas en Ganyao mediante un acuerdo de cesión de tierras que garantiza tarifas adicionales para los agricultores. Solo entre 2018 y 2020, la compañía les pagó por ello más de 2,93 millones de euros. Zhejiang Jiayou recluta a gente local como Xue que, además de experiencia agrícola, luego adquiere conocimientos en administración financiera y turismo cultural. El año pasado, la firma repartió 454.000 euros en concepto de salarios, seguros sociales y viviendas.

Un futuro que no deje a nadie atrás 

El modelo de Jiashan, que une a comunidades rurales con empresas líderes sostenibles para lograr un crecimiento compartido, involucra a al menos nueve pueblos y más de diez grupos agrícolas, que abarcan más de 10.000 hectáreas de tierra. Las aldeas obtuvieron el año pasado una media de 540.000 euros de ingresos brutos, 30% más que en el ejercicio anterior, y 84 de ellas repartieron 10,28 millones de euros entre los hogares. La renta per cápita disponible en el ámbito rural del condado registró un aumento anual del 7% y se situó en 5.490 euros. Además, el programa ha formado a más de 30.000 agricultores, de los que 1.100 son ahora especialistas agrícolas, gestores o técnicos.