El mes pasado, Zhang Yaqi tuvo lo que describió como “una experiencia de alojamiento inolvidable”. Esta profesora de inglés de Shanghai, de 32 años, pasó tres días en una casa rural de Moganshan, un enclave turístico del condado de Deqing, provincia de Zhejiang. La encontró en una plataforma online especializada en alquileres entre particulares para estancias cortas.
“Moganshan es el destino perfecto para quienes vivimos en Shanghai y en Hangzhou. Está lleno de bosques de bambú y de jardines con terrazas para tomar el té en un entorno apacible”, cuenta la profesora, cuya familia rara vez tiene la oportunidad de escapar del bullicio de la gran ciudad y disfrutar de la naturaleza. En total, pagaron 410 yuanes (50 euros) por noche.
Zhang hace un balance muy positivo. Está contenta de haber probado el concepto de alojarse en una casa particular. “El anfitrión nos preparó el desayuno”, relata. “Me sentí muy cómoda y se lo recomendaré a mis amigos”.
Los pueblos: el destino ideal
Conforme va mejorando el control de la covid-19 en China, la industria del alquiler vacacional también se recupera de forma gradual. Los pisos turísticos y las escapadas cercanas son cada vez más populares entre los viajeros del país.
Durante los primeros cinco meses del año, el volumen de facturación del mercado de los pisos turísticos cayó un 72,1% respecto al mismo período del año anterior debido a la pandemia. También el número de reservas descendió un 65%, según un informe del Centro de Investigación sobre Economía Colaborativa, perteneciente al Centro de Información del Estado.
No obstante, los ingresos del sector han ido aumentando mes a mes. Crecieron un 78% en marzo, un 199% en abril y un 35% en mayo, mientras que el número de reservas se incrementó en un 141%, un 152% y un 50%, respectivamente.
La división china de la plataforma estadounidense Airbnb ha constatado que, debido al distanciamiento físico que impone la pandemia, los alojamientos turísticos rurales se han convertido en una opción popular para los viajes de placer. La mayoría se decanta por quedarse en kezhan (pequeñas casas de huéspedes de estilo chino), granjas, casas de campo o chalés. Todas las modalidades han experimentado un sólido crecimiento conforme se reduce el impacto del brote.
“La gente había reprimido sus ganas de viajar, pero está volviendo a hacerlo de manera racional”, explica Peng Tao, presidente de Airbnb China. “Realizar escapadas cercanas va a ser la norma a corto plazo”, afirma el responsable, que se muestra optimista con el futuro inmediato del sector. “La industria de los viajes es una de las más resistentes del mundo”, asegura.
Peng señala que los destinos rurales tienen cada vez más éxito. Cuenta que la demanda de alquileres por semanas y meses ha aumentado durante el coronavirus. De hecho, la última encuesta realizada por la plataforma recoge que el 60% de sus anfitriones está dispuesto a ofrecer sus apartamentos por estos períodos de tiempo para aliviar la presión del mercado.
En la provincia de Zhejiang y la Región Autónoma Zhuang de Guangxi, Airbnb se ha aliado con las autoridades locales y asociaciones del sector turístico para impulsar la industria y revitalizar las zonas rurales.
Más y mejores propuestas
Los alquileres vacacionales se están recuperando más lentamente que los hoteles debido a que cada uno se gestiona por su cuenta, indica Han Mengying, analista de la consultora Analysys. Por su parte, los datos de la plataforma de alquileres cortos Xiaozhu señalan que los alojamientos vacacionales rurales están emergiendo mucho más deprisa que los de ciudad.
Las reservas que se realizaron en la tienda oficial online de Xiaozhu en Fliggy, la plataforma de viajes de Alibaba, han aumentado un 600% en el segundo trimestre del año en comparación con el primero. Los clientes no repararon en gastos a la hora de visitar paisajes naturales, conocer pueblos tradicionales o empaparse de las costumbres locales y escapar de la vida urbana.
Cuando estalló la pandemia, Xiaozhu ofreció a sus anfitriones la posibilidad de alquilar sus casas por temporadas más largas de lo estipulado para mitigar el impacto negativo del brote en el sector. Wang Liantao, cofundador de la plataforma, señala que la compañía se está esforzando por desarrollar el turismo rural y su mercado de alojamientos turísticos. Ahora mismo tiene censados 3.000 alquileres rurales cerca de Chengdu, en la provincia de Sichuan, una cifra que triplica a la de 2017.
Además, la calidad de las casas de campo está mejorando mucho, ya que algunas de ellas añaden a la oferta atractivos gastronómicos o de entretenimiento, como comida local o estancias temáticas dedicadas de meditación, senderismo o yoga.
“No podemos ignorar que existe una demanda para este tipo de alojamientos. Cada vez vemos a más urbanitas que quieren escaparse los fines de semana.”, afirma Wang. Y añade: “Los alquileres vacacionales que se ofertan en el campo entroncan con la estrategia de revitalización rural que está llevando a cabo el país. La gente está dispuesta a invertir más en este rentable sector”.