Cuando Feng Shangqing publicó un artículo en una revista científica, lo único que esperaba era progresar en su carrera como médico. Pero este trabajo encerraba otra recompensa más peregrina pero muy suculenta: conseguir un importante descuento en un asador de Beijing.
La doctora, que se graduó en la Cuarta Universidad Médica Militar en Xi’an, provincia de Shaanxi, logró un descuento de 84 yuanes (11 euros) en un restaurante muy popular entre los médicos. La rebaja en la cuenta se calcula según el “factor de impacto” del artículo, un criterio que mide la frecuencia con la que estas publicaciones son citadas en un año en particular. El suyo fue de 8,4 —una puntuación bastante buena—, por lo que obtuvo un descuento de 84 yuanes. Este se obtiene de multiplicar por 10 el factor de impacto hasta un máximo del 30% de la cuenta.
Las normas del restaurante indican que científicos, médicos profesionales e investigadores obtienen descuentos si han publicado recientemente artículos en revistas recogidas en Science Citation Index y Social Sciences Citation Index, bases de datos documentales especializadas en ciencias.
“Me encanta la comida hecha a la parrilla. Iba mucho a este tipo de restaurantes con mis compañeros de la facultad”, comentó Feng. “Quedábamos para contarnos nuestras cosas mientras comíamos carne y verdura hechas en la barbacoa y tomábamos cerveza. Era un muy buen plan”, añadió. Cerca de la universidad hay puestos de comida donde venden brochetas hechas en la parrilla. La idea de comer en la calle estos pinchos se conoce como lu chuan.
“En cuanto me enteré de la promoción del restaurante en WeChat (una aplicación de mensajería instantánea de China), decidí ir y servirme de mi artículo para probar la comida”.
Desde que empezó la promoción el 21 de septiembre, cientos de clientes han visitado el restaurante Liuyedao —el nombre en chino de The Lancet, una de las revistas de medicina general más importantes del mundo—. El asador está cerca de la Universidad Jiaotong de Beijing en el distrito de Haidian. Con 90 metros cuadrados hay espacio para 12 mesas y al no tener ventanas, el espacio está iluminado con bombillas de luz amarilla cálida y decorado con plantas de plástico de color verde intenso.
En la época de mayor actividad, los clientes esperan una hora para sentarse y ser atendidos. Se calcula que uno de cada cuatro comensales ha publicado un artículo en alguna de las mejores revistas académicas del mundo.
Wang Jian, el dueño del lugar, dijo que no esperaba que la promoción hiciera famoso su restaurante entre los científicos de Beijing. Este médico de 29 años, graduado por la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Pekín, viene de una zona donde los asadores son típicos y siempre ha querido dedicar parte de su tiempo a dirigir su propio negocio.
“Antiguas pinturas sobre piedras muestran que la gente de mi pueblo, Xuzhou, en la provincia de Jiangsu, tomó comida a la parrilla por primera vez durante la dinastía Han Occidental (206 a.C - 24 d.C). Aunque hay muchos restaurantes de este tipo en Beijing, quería que las personas probaran el estilo de Xuzhou”, señaló.
Wang convenció a una antigua compañera de clase, Cheng Si, para que fuera su socia. Otros 16 amigos, la mayoría médicos, invirtieron en el restaurante. Wang tomó un camino seguro cuando abrió The Lancet, pues este tipo de cocina es una de las preferidas en China. El año pasado, representó el 20% del sector de restauración, solo por detrás del hot pot (fondue china), según un informe realizado por el Primer Salón de la Industria de la Parrilla, un foro organizado por la Asociación Culinaria de China.
Cheng Si, copropietaria del restaurante, conversa con William Summerskill, editor ejecutivo de The Lancet, una prestigiosa revista de medicina de Reino Unido. CEDIDA A CHINA DAILY
El restaurante se inauguró el 23 de abril con una inversión de un millón de yuanes (130.000 euros). Se hizo popular en tan poco tiempo que Wang y Cheng tuvieron que contratar a un gerente para poder continuar con sus profesiones como médicos.
“Al principio, solo hacíamos descuento a los autores de artículos publicados en The Lancet, pero luego ampliamos la promoción a todos los que cubrían Science Citation Index y Social Sciences Citation Index. Una mayor cantidad de académicos e investigadores pudo beneficiarse”, señaló.
Hasta el momento, el factor de impacto más alto ha sido de 29,51, que hizo que su autor obtuviera un descuento de 295 yuanes. El sistema de descuentos motiva a los académicos a ser más productivos, señaló Cheng. “Que su esfuerzo reciba un apoyo inusual como este hace que todo sea más interesante”.
El informe de este año de Estadísticas de Artículos sobre Ciencia y Tecnología de China confirmó que los artículos científicos han sido citados 19,35 millones de veces en la década pasada. Esto sitúa a China por delante del Reino Unido y Alemania, pero por detrás de Estados Unidos.