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El café le amarga la vida al té
Un productor de Kenia muestra diferentes tipos de café en la Exposición Internacional de Importación de China en Shanghai, en noviembre de 2018.

El café le amarga la vida al té

La rápida urbanización del país y la cantidad de chinos que viaja al extranjero explican la popularidad de esta bebida estimulante tan asociada al estilo de vida occidental
PAN MENGQI - 25 Feb 2019 14:11

Zhang Yalin arranca la jornada con un café con leche en su oficina de Guomao, un distrito financiero de Beijing. El café, asociado a un estilo de vida occidental, se ha instalado en China. Sobre todo en las ciudades grandes. El consumo de esta bebida estimulante se ha multiplicado por cinco en una década: de 26.000 toneladas en 2006 a 128.000 en 2016. 

Wu Jiahang, que ha trabajado en el sector en las últimas dos décadas, afirma que en sus inicios la mayoría de chinos no apreciaba el sabor del café. “Cuando vine a China en 2000, traje granos de Colombia como un obsequio. La gente lo probaba y pensaba que se había echado a perder por su sabor tan amargo”, cuenta Wu, que nació y se crió en Colombia antes de asentarse en el país asiático.

Wu lidera la Federación de Productores de Café de Colombia para China. Muchos productores no esperaban que su producto tuviera aceptación en China. En los últimos años, más países cafeteros se han incorporado al mercado local. “Se ha desarrollado una cultura del café en China”, asegura Esther Lau, analista de Minte, una empresa de investigación de mercados.

La rápida urbanización del país, junto con la cantidad de chinos que viajan al extranjero, explican la popularidad de esta bebida. El consumo de café se ha triplicado en los últimos cuatro años.

Según un informe de la Organización Internacional del Café publicado en 2017, las importaciones de café en China aumentaron un 16% con respecto al año anterior. En EE UU, el mayor consumidor del mundo, subieron un 2%. 

La producción anual de café colombiano fue de 400 toneladas hace 12 años. A falta de compilar las cifras del año pasado, se espera que alcance las 2.000 toneladas en 2018. Colombia no representa, no obstante, la primera opción. Según la base de datos de la Organización de Naciones Unidas, los principales exportadores a China son Vietnam, Malasia e Indonesia. El primero es líder mundial de café robusta, una variedad con poca acidez y un alto grado de amargura.

Arábica o rubusta

Según Nguyen Thi Thu Hang, un experto en Vietnam, las buenas cafeterías compran arábica. La variedad robusta es más barata y se usa para producir café soluble. El 35% de granos que importa China procede de Vietnam. Crece la demanda de café instantáneo entre los trabajadores que no tienen tiempo para salir de la oficina y bajar a una cafetería.

Aún así, el consumo de café recién hecho creció un 22% en 2014. En ciudades grandes como Shanghai y Beijing, en las que el café está muy asentado, han surgido compañías independientes que compiten con las grandes multinacionales (Starbucks, Costa Coffee y McDonald’s). Dave Seminsky, propietario de una cafetería en el distrito Jing’an de Shanghai, cuenta que no se va a sumar a ninguna moda. “Valoramos el producto por encima de cualquier cosa. No tengo siropes ni sirvo grandes cantidades de leche”, cuenta.

Lograr que los clientes cambien sus hábitos ha sido uno de sus mayores retos. Dave tuesta el grano en su local. El precio de una taza de café incluye “la experiencia de ir a la tienda”, cuenta. “Tratamos de diferenciarnos del resto”. 

Un trabajador clasifica los granos de café en una plantación en Brasil. LI MING / XINHUA

El auge de cafeterías independientes, como la de Seminsky, subraya la demanda de café de calidad. La economía china, cada vez más basada en el consumo interno, contribuye a que los clientes busquen diversidad.

Igor Carneiro, jefe de comercio y promoción de inversiones de la embajada de Brasil en Beijing, confía en exportar la cultura brasileña del café: “Es algo muy nuestro. Tenemos los ojos puestos en el mercado chino de alta gama. Muchos productores piensan que un mercado más exclusivo acarrea un mayor valor añadido”.

Si bien Brasil suministra casi el 30% del café a nivel mundial, ocupa el 35º lugar en lo que se refiere a la exportación a China. El café brasileño no tiene mucho reconocimiento entre los chinos. Este año el país sudamericano ha lanzado una campaña con el lema “Brasil, la nación del café”.

“Cada vez más chinos prefieren el café recién molido”, afirma Carneiro. “Algunos incluso eligen la variedad o la procedencia”. El experto confía en el tirón del mercado chino a pesar de que los gastos de transporte encarecen el producto.

Cuando algo tiene un precio elevado, en China se considera un signo de calidad. “Todavía funciona el concepto de ‘cuanto más caro, mejor’. Muchos distribuidores lo saben y venden su producto como premium, lo que provoca que sea más caro”, dice la analista Lau.

Brasil participó en la primera Exposición Internacional de Importación de China en Shanghai en noviembre, que atrajo a 300.000 visitantes. El colombiano Wu Jiahang, uno de los expositores, está empeñado en dar a conocer la bebida colombiana a los chinos. “El café ha sido testigo de la reforma y apertura de China. La exposición ha supuesto una gran oportunidad para que más aficionados conozcan nuestro grano”.

Los productores colombianos están preocupados por el tiempo y el coste del transporte. “Temen que sus precios no sean competitivos en comparación con los de otros países. Y no están convencidos de que su producto interese a los distribuidores locales”, cuenta Wu. “Siempre les digo que la clave para triunfar es centrarse en satisfacer al consumidor”, concluye.

A la manera occidental

En Shanghai hay 6.500 cafeterías. Starbucks, que abrió su primer local en China en 1999, es el líder del mercado. Hace cinco años ocupaba el 31,5% del sector. La empresa de Seattle, la británica Costa Coffee y McDonald’s acaparan el 75%. Howard Schultz, director ejecutivo de Starbucks, aseguró en una visita al país en 2016 que la compañía abriría 500 locales al año hasta 2021. Para entonces habrá 5.000 Starbucks.

Costa Coffee planea abrir 900 puntos de venta más en China para 2020, con las que alcanzarán las 1.344 tiendas. Esteban Liang, su director en Asia, afirma: “Hay gente a la que le gusta que le vean en una cafetería. Es una manera de mostrar el café que beben, lo que comen… El estilo de vida que lleva, en definitiva”.

Las variantes más dulces como el latte (servido en una taza grande con mucha leche) y el mocha (con cacao) son las más populares. Con el objetivo de satisfacer los gustos de los chinos, las multinacionales han adaptado las cartas para incluir bebidas mezcladas y que contengan té. Starbucks ofrece un frappuccino con té verde y café y un pastel elaborado con este mismo producto.