La provincia de Shaanxi, al noroeste de China, siempre se asoció a la minería por ser una tierra rica en carbón. Sin embargo, Miaowan, una localidad de la ciudad de
Tongchuan, se conoce ahora como “el pueblo de las setas shiitake”. El negocio de los hongos comestibles ha transformado la sociedad entera. Incluso el paisaje ha cambiado. Donde antes campaban el polvo y las minas, hoy se alzan verdes valles y montañas.
El ejemplo de Wang Mingmei, campesina de Miaowan, ilustra bien esta metamorfosis. Hace tres años se encontraba en una situación de pobreza severa y ahora se la ve feliz trabajando en un invernadero de la zona. Hay más de 500 en la ladera que antes ocupaban los pozos de carbón.
Un plan con alma ‘eco’
Este nuevo escenario se debe al programa de revitalización rural de China, que se aplica en aquellos lugares donde ya se ha culminado con éxito el programa nacional de alivio de la pobreza. Sus resultados son visibles en toda la región. No solo están brindando energía y sonrisas a gente como Wang, que saca unos 40.000 yuanes (5.160 euros) al año recolectando setas, sino también prosperidad y un objetivo en la vida.
Este milagro económico ha sido posible gracias a una planta experimental, con moderna tecnología agrícola, que se construyó hace tres años en Miaowan. La agricultura ecológica, que recibe ayudas del Gobierno local y es más respetuosa con la naturaleza, se ha convertido en una industria clave. Wang conoce ahora sus bondades. Sabe que protege el suelo, el agua y el clima, que promueve la biodiversidad y que no contamina porque evita los productos químicos.
Lo aprendió de Sun Xiaoshan, propietario de una mina de carbón de la zona que se pasó al
shiitake. Hace unos años, descubrió que los vecinos del pueblo de al lado, Liulin, habían empezado a cultivar este tipo de setas en casa utilizando palos especiales. Estaban obteniendo cosechas de alto rendimiento que les permitían ganar más de lo que antes sacaban plantando cereales en las montañas. En vista de este descubrimiento, Sun puso en marcha la compañía Tong-chuan Dexiang en septiembre de 2017. Tras recibir más de cinco millones de euros del Gobierno, invirtió en el proyectoalgo más de nueve millones. Además de emplear a personas como Wang durante los últimos años, ha establecido las bases para cultivar setas shiitake en Miaowan. Ahora dejan un beneficio anual de casi 310.000 euros.
La bolsa gubernamental que financió Tongchuan Dexiang se creó específicamente con el fin de revitalizar la China rural. Es la continuación de una campaña que, hasta 2020, se llevó a cabo durante ocho años para erradicar la pobreza extrema en todo el país.
En mayo, el Ministerio de Hacienda anunció la creación de un departamento especial para garantizar que estas ayudas lleguen a miles de aldeas. El Gobierno central prevé destinar este año más de 20.150 millones de euros al fondo de ayudas para revitalizar el campo, antes denominado fondo especial para aliviar la pobreza. De confirmarse, supondría un aumento de casi 1.300 millones de euros respecto al presupuesto de 2020, un 7% más. A partir de este 2021, y durante el próximo lustro, se realizarán grandes inversiones para promover el desarrollo en las áreas más desfavorecidas del país. Se espera, además, que estas partidas económicas aumenten cada año.