CERRAR

Este website está editado por el diario China Daily de la República Popular China, que asume toda la responsabilidad sobre sus contenidos

El ibis crestado alza de nuevo el vuelo
Foto de la portada del libro Las últimas palabras del ibis crestado, recientemente traducido al chino.

El ibis crestado alza de nuevo el vuelo

China ha conseguido que los ejemplares de esta rara especie, que se creyó extinta durante 20 años, pasen de siete a 5.000 en apenas tres décadas
FANG AIQING - 08 Jul 2020 8:00

Tras haber desaparecido durante 20 años, el iris crestado vuelve a surcar los cielos de China y parece tener una gran familia. Se pensaba que esta ave se había extinguido en la década de 1960, pero en 1981 un equipo de investigadores descubrió siete ejemplares salvajes en el condado de Yangxian, en la provincia de Shaanxi.

Liu Yinzeng, ex investigador del Instituto de Zoología de la Academia de Ciencias de China, fue uno de los especialistas que los encontraron. Él y su grupo estuvieron buscando esta especie durante tres años en 14 provincias chinas, hasta que al final dieron con ella gracias a la ayuda de los lugareños en su tercera expedición a Yangxian. Tras el hallazgo, los expertos comenzaron una operación de rescate que duró otros tres años, al tiempo que las autoridades locales detenían ciertas actividades de explotación y aumentaban los controles sobre el uso de pesticidas.

De acuerdo con la Administración de Silvicultura y Praderas de Shaanxi, en la actualidad hay más de 5.000 ibis crestados en el mundo, y 4.400 de ellos viven en China. Además, su presencia se extiende por Beijing y las provincias de Henan, Hebei, Zhejiang y Guangdong, una extensión geográfica que garantiza en cierto grado su supervivencia en caso de una posible epidemia.

Para He Xin, especialista en ecología y entusiasta de las aves, el de los ibis crestados es un caso raro e inspirador de repoblación, puesto que resulta difícil que salga bien cuando hay tan pocos ejemplares en origen y, además, se encuentran en estado salvaje.

Aprendiendo de los errores

En 1981, los japoneses capturaron a los que pensaban que eran los últimos cinco ejemplares de ibis crestado de su país para tratar de reproducirlos de forma artificial. No obstante, la misión fracasó y muchos pensaron que el ave estaba sentenciada, explica He. Tras aquella experiencia fallida, piensa que debió de ser muy difícil diseñar la estrategia para salvar a los poquísimos ejemplares encontrados en Yangxian.

El ibis crestado tiene plumaje blanco, cabeza roja y un largo pico negro que termina con una mota carmesí al final. CEDIDA A CHINA DAILY

En Japón, fueron los amantes de las aves y las ONG quienes se encargaron durante 60 años de proteger de manera espontánea a los ejemplares de esta especie, como recoge el ensayo Las últimas palabras del iris crestado. Firmado por el autor japonés Teruyuki Kobayashi, el libro acaba de ser traducido al chino y se presentó a finales de noviembre en un acto al que asistió He.

Chen Xingeng, escritor invitado al evento, recordó que las aves desaparecieron de Japón por culpa del deterioro medioambiental y de la inacción del Gobierno, unos errores que han permitido aprender a Yangxian. Todos los ibis que hay en la actualidad son descendientes de los siete que se encontraron en este condado chino, y los expertos continúan investigando en la actualidad para atajar posibles problemas genéticos que puedan comprometer la supervivencia de la especie. 

Aprovechando que la presentación de la versión china del libro ha vuelto a poner al ibis crestado en la agenda, Chen reclamó que se adoptaran más medidas para su salvaguarda. “La gente debería cuidar sus hábitats”, afirma. “Con ello se conseguiría preservar de paso a otras muchas especies y la mejora del medio ambiente beneficiaría también a las personas”.

Para Liu, el científico que descubrió aquellos ejemplares chinos, “el rescate y la salvaguarda de los ibis crestados es un gran logro dentro del campo de la protección de la biodiversidad, además de un acto que demuestra el compromiso de China por su entorno natural”, según afirmó en un cortometraje documental de 2018 dedicado a su figura.

Un objetivo común

En la actualidad, el esfuerzo que se ha llevado a cabo para proteger a los ibis crestados está revirtiendo tanto en la economía local de Yangxian como en la de la isla de Sado, el último gran hábitat de esta especie en Japón. Ambos países, que prohíben el uso de pesticidas en estas zonas o los regulan de forma muy estricta, trabajan juntos para proteger a esta especie desde 1985 y están firmemente comprometidos con la causa. Además, China ha enviado ejemplares de estas aves tanto a Japón como a Corea del Sur.

Zhuang Miaomiao, intérprete chino-japonesa procedente de Xi’an e impulsora de la protección de estas aves durante ocho años, confesó haberse conmovido al ver cómo los expertos japoneses llevaban a cabo un meticuloso trabajo y colaboraban sin reservas con sus homólogos chinos para ayudarlos.

“Los pájaros tienen alas y no entienden de fronteras”, recuerda Haruo Sato, que ha dedicado gran parte de su vida a proteger los ibis crestados y es muy citado en el libro. “Para proteger a estas aves, las personas tienen que dejar de lado sus conflictos y trabajar por un objetivo común”, asegura.