La actualización de infraestructuras y tecnología que va a llevar a cabo China durante las próximas décadas para reducir sus emisiones de carbono perfila un mercado de finanzas verdes que ofrece grandes oportunidades de negocio para las empresas internacionales.
La Universidad de Tsinghua, en Beijing, estima que China invertirá cerca de 138 billones de yuanes (17,6 billones de euros) para alcanzar la neutralidad de carbono en 2060, el objetivo que se ha marcado. Esto significa que el país debería destinar a este fin el equivalente al 2,5% de su PIB anual todos los años hasta llegar a esa fecha.
El banco de inversión estadounidense Goldman Sachs dibujó hace poco una posible vía para conseguir esta meta por sectores y tecnología. Afirmó que, si se invirtieran 13,2 billones de euros en infraestructuras de tecnología limpia para 2060, podrían crearse 40 millones de nuevos puestos de trabajo, lo que impulsaría el crecimiento económico.
Un proyecto ambicioso
Cuando las principales autoridades chinas anunciaron que el país se proponía alcanzar su pico de emisiones de CO2 antes de 2030 y lograr cero emisiones netas 30 años después, los inversores internaciones opinaron que se trataba de un proyecto muy ambicioso. El XIV Plan Quinquenal (2021-2025), señalan, será clave para China en materia climática.
Basándose en ello, Goldman Sachs prevé que las inversiones anuales en descarbonización se aceleren hasta alcanzar su cifra récord en 2040, a lo que contribuirá la construcción de las infraestructruras iniciales para tendidos eléctricos, carga de baterías o sistemas de calefacción. Según el grupo estadounidense, las inyecciones de capital harán que la implantación de fuentes de alimentación eléctrica o de combustibles limpios sea más rápida.
De acuerdo con los reguladores financieros chinos, que consideran que el sector financiero jugará un papel clave, es posible que se requieran profundas transformaciones sociales y económicas para alcanzar el gran hito que se ha marcado el país.
Después de que el Gobierno anunciara su compromiso, Yi Gang, gobernador del Banco Popular de China, el central del Estado, subrayó la necesidad de facilitar apoyo económico para el desarrollo verde. Asimismo, pidió a empresas e instituciones que hicieran públicos sus datos sobre emisiones de carbono y les recordó que las menos contaminantes pueden acceder a préstamos con tipos de interés relativamente más bajos.
Hasta la fecha, tan solo China y la Unión Europea han fijado estándares claros para clasificar las finanzas verdes, y se espera que los parámetros de este ranking se completen en verano. Zhu Jun, director general de la división internacional del Banco Popular de China, confía en que estos parámetros internacionales se perfilen a tiempo y estén listos para julio.
Incentivos fiscales
La empresa Tianneng produce baterías de litio en Huzhou, una ciudad de la provincia de Zhejiang que funciona como urbe piloto para finanzas verdes. El pasado 18 de enero, cotizó cerca de 629 millones de euros en el índice de empresas tecnológicas y científicas de la Bolsa de
Shanghai y, más adelante, se convirtió en la primera compañía del sector en emitir acciones de clase A y de clase H.
Según anunció Zhang Tianren, presidente de la empresa, está previsto que esos fondos se destinen a proyectos de tecnología verde inteligente para la transición ecológica, a baterías de litio de alto rendimiento o a planes para mejorar la capacidad de innovación de los centros tecnológicos nacionales, entre otros. Tianneng, que está apostando por un modelo de desarrollo ecológico, recibe incentivos fiscales del banco central y del Gobierno de Huzhou, y se aprovecha de instrumentos de financiación de deuda y de capital a precios más bajos para poder expandirse.