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La presentadora de televisión e icono de la moda fue pionera en mostrar China al exterior
Kan trabaja en el documental 'Journey Through a Changing China' en Guilin, región autónoma Zhuang de Guangxi, en 1987.

La presentadora de televisión e icono de la moda fue pionera en mostrar China al exterior

Yue-Sai Kan rompió moldes con su programa de viajes en los años ochenta, que concentraba a 300 millones de chinos pendientes de lo que sucedía fuera de sus fronteras
WANG LINYAN - 19 Oct 2018 10:26

Hoy, los chinos viajan y estudian en el extranjero, ven producciones de Hollywood en los cines, llevan ropa de marcas internacionales que han comprado por Internet y hacen negocios con gentes de otros países. Pero hace 32 años, los chinos solo conocían el mundo exterior a través de un programa de televisión, el One World de Yue-Sai Kan. Duraba 15 minutos y se retransmitía dos veces a la semana en chino y luego en inglés. Fue el primer espacio de viajes de la televisión china. Una audiencia de 300 millones de chinos accedía a la cultura occidental a través de este programa.

Los espectadores conocieron por primera vez las pirámides de Egipto, la Acrópolis de Grecia, el Támesis en Inglaterra, el béisbol en EE UU... "En los primeros años hablamos sobre problemas ecológicos, cuestiones ambientales, vivienda para pobres, igualdad de derechos para las mujeres en Suecia", afirma Kan, que tiene pasaporte estadounidense. "Tratábamos temas en los que los chinos ni siquiera habían empezado a pensar. El objetivo era dar una visión global a la audiencia del país".

El programa duró un año, se emitieron 48 episodios en Televisión Central de China (CCTV, por sus siglas en inglés), la emisora ​​estatal, y cubrió 14 países. Hizo de Kan la personalidad televisiva más conocida en el país. Muchos chinos no sabían nada del mundo exterior antes de su programa. “Cambió la visión y la mentalidad de los chinos”, cuenta Kan.

"Mucha gente me decía: ‘No sabía que el mundo exterior fuera así’. A veces, cuando caminaba por Nueva York, se me acercaban mujeres y me decían: ‘Quiero darte las gracias. He venido aquí por tu trabajo”. El programa la puso en el centro de atención y le granjeó excelentes críticas. Una revista la llamó la nueva Marco Polo, mientras que The New York Times escribió: "El trabajo de Yue-Sai Kan es una buena noticia no solo para China y EE UU, sino para el resto del mundo".

"Cuando viajé a China el año pasado, me recibieron con una enorme hospitalidad y afecto, como si fuera un familiar que regresa a casa", narra Kan en sus memorias, tituladas One World. "A todos los lugares a los que fui, el cariño que recibí fue enorme". El libro, publicado en 1987, se editó después de que Ai Zhisheng, entonces ministro de Radio, Televisión y Cine, le pidiera que escribiera sobre cómo se fraguó el programa. “No sabemos cómo hacer este tipo de espacios televisivos. Este libro enseñará a los chinos cómo", afirmó el ministro. En ese momento, CCTV retransmitía solo seis horas al día.

Inspiradora de moda

Antes de que se emitiera el episodio número 1 de One World TV, Kan tuvo que hacer tres programas piloto. Llevaba una camisa y una chaqueta negra y un poco de maquillaje, y sus maneras era muy formales. Seguía el estilo de los periodistas chinos de la época. Kan dice que después de ver los pilotos, el ministro le preguntó: "¿Te vestías así en EE UU?". La animó a presentar el programa como lo haría en su país de acogida, "porque queremos aprender de ti".

[caption id="attachment_1169" align="alignnone" width="960"] Yue-Sai Kan se pinta los labios delante de un grupo de admiradores en un centro comercial en Shanghai en 1996.[/caption]

El corte de pelo característico de Kan, conocido como el peinado Yue-Sai, y su maquillaje y ropa occidentales fascinaron a la gente en los ochenta, cuando las mujeres chinas se vestían con un estilo similar y parecían iguales, a menudo con el pelo corto y sin maquillaje. "Sólo las actrices de esa época usaban pintalabios", confiesa.

Kan lanzó cosméticos bajo su propia marca en Shanghai en septiembre de 1992, dos años después de haber registrado una empresa en Shenzhen, provincia de Guangdong. Las ventas del primer día generaron 20.000 yuanes (unos 3.000 euros).  “Coloreamos todo el país. Permitió a las mujeres tener su propio look. No tenían que parecerse a nadie más. Tú eres tú. Fue una forma de empoderamiento”.

El mercado de cosméticos de China creció con la apertura del país. La compañía de Kan se expandió de tres tiendas en Shanghai a 800 en 250 ciudades de China. Se convirtió en el número 1. “Antes de que salieran mis cosméticos, los chinos nunca habían oído la palabra shishang (moda). Trajimos la moda a China. Ese fue el comienzo de decir "’Quiero estar guapa’. La moda china despegaba".

Al igual que el programa de televisión, los cosméticos de Kan influyeron en millones de chinos, mucho antes de la llegada de Internet. “El Gobierno quería reformas y abrirse al exterior. Pero, ¿cómo puedes abrirte cuando tus ciudadanos no saben nada de fuera? Se sirvieron de la televisión para educar a la gente".

Los chinos estaban preparados para el cambio. "Tenía miedo de que alguien dijera que lo que hice fue malo para China". Estaba asustada. Pero fue todo lo contrario porque las mujeres estaban listas para lucir de manera diferente".

Conectó civilizaciones

A Kan se la reconoce como la primera periodista de televisión en conectar el este y el oeste con el programa semanal Looking East, que se emitía en EE UU. Fue su primera producción importante, que mostró la cultura estadounidense en Tailandia, Malasia y Singapur. Kan produjo y presentó un documental en 1988 llamado Journey Through a Changing China, una manera de presentar el cambio de China a Occidente.

La popular presentadora tiene una organización benéfica que construye escuelas y bibliotecas y concede becas a estudiantes desfavorecidos de China, incluso en su Guilin natal, donde vivió hasta los 2 años hasta que su familia se mudó a Hong Kong y luego a EE UU.

En marzo, regresó a su primera casa, un edificio de estilo de la dinastía Qing llamado Yanshan Garden, que se ha convertido en un parque. Kan estaba feliz de ver el crecimiento que ha habido en su ciudad natal y en el resto del país. “Vienen años muy buenos para China. El presidente Xi Jinping podrá cumplir su misión y su visión”, dice, para referirse al objetivo de China de convertirse en una sociedad moderadamente acomodada para 2020, así como al compromiso de Xi en el Foro de Boao para Asia en China para cada vez abrirse más al mundo. "Apostaría por China", afirma orgullosa.