En Harbin, provincia de Heilongjiang, hay una exposición que revela los terribles crímenes cometidos por el Escuadrón 731 del Ejército japonés durante la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa [denominación por la que se conoce en China a la invasión japonesa que tuvo lugar entre 1931 y 1945].
En el marco de la Segunda Guerra Mundial, esta unidad especial utilizó armas químicas y biológicas contra la población china y la del Sudeste Asiático. Al menos 3.000 personas fueron sometidas a experimentos humanos por el escuadrón, que contaba con médicos entre sus filas. En total, el armamento químico y bacteriológico japonés causó más de 300.000 bajas en China.
Cuando se cumplen 80 años del fin de la guerra, el ciudadano francés Marcus Detrez ha donado a China 618 fotografías que documentan aquella época. Las imágenes, tomadas entre la década de 1930 y la de 1950 por su abuelo, Roger Pierre Laurence, retratan la vida cotidiana en Shanghai, pero también la Batalla de Songhu, llamada asimismo Batalla de Shanghai, donde pueden comprobarse las atrocidades que cometió el Ejército japonés.
Detrez, que hizo entrega de la colección el 4 de agosto en la embajada de China en Francia, asegura que la donación es solo un pequeño gesto en comparación con todo lo que debería hacerse ahora: “Necesitamos defender la paz”.
Con información de Meng Zhe