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Los ‘emojis’ irrumpen en la cultura popular

Los ‘emojis’ irrumpen en la cultura popular

Los creadores de estas simpáticas ilustraciones que se envían a través de mensajes de móvil reciben donaciones de hasta 25 euros de los usuarios que se las descargan
CHENG YU - 27 Mar 2018 11:22

Mao Tui, una universitaria de 22 años de la provincia de Anhui, ha pasado a formar parte de la cultura pop de China sin esperarlo. Hace cuatro años creó Zhangcao Yantuanzi, una ilustración que se ha descargado 800 millones de veces en las aplicaciones de mensajería instantánea. Budding Pop, el nombre con el que lo conocen los usuarios, es un muñeco blanco sin género, con una gran cabeza, de cortos brazos y piernas y con dos hojas que recuerdan a un trébol a modo de pelo.

En poco tiempo Budding Pop ha evolucionado y se ha convertido en un personaje que expresa distintas emociones. Pero el gran salto popular lo dio cuando se transformó en un emoji –dibujos que expresan emociones y describen situaciones, y se envían por mensaje–. La mitad de los 1.382 millones de chinos ha interactuado con él. Mao gana dinero con las donaciones que recibe de los usuarios de WeChat, una aplicación similar a WhatsApp muy utilizada en el país asiático.

Decenas de miles de personas en China como esta estudiante se valen de su talento para crear emojis y ganar algo de dinero. Su inversión pasa por un ordenador, un tablero de dibujo electrónico y un software donde modificar las creaciones. Por unos mil euros los ilustradores desarrollan su afición en busca del nuevo Budding Pop.

Ingreso por donaciones

WeChat permite a los usuarios donar un máximo de 200 yuanes (25 euros) por emoji. Esta app cuenta con 900 millones de personas que mandan 38.000 millones de mensajes al día, según Tencent. El grupo empresarial propietario de WeChat afirma que 690.000 usuarios efectuaron donaciones el año pasado. La cantidad alcanzó los 1,8 millones de euros, un 13% más que el año anterior. Una manera de valorar las creaciones de los ilustradores.

“El ingreso de los creadores de emojis depende de la popularidad de su trabajo”, dice Zhang Xuchen, de 39 años, un artista de Beijing. “Cuanto mayor aceptación tienen, más se gana”. Zhang trabaja en una fábrica como conductor de un montacargas en Tianjin y en su tiempo libre ha creado 12 paquetes de esta evolución de los emoticonos. Cada uno le lleva un par de meses de trabajo.

El más popular entre las creaciones de Zhang se llama Huaijiu Xiyouji. Está inspirado en la antigua y clásica novela china Viaje al Oeste, una historia sobre cuatro personajes que peregrinan en busca de escrituras budistas. Huaijiu Xiyouji se ha descargado 22 millones veces y se ha enviado en 400 millones de mensajes.

En este tiempo, han nacido empresas de diseño que contratan a artistas para crear emojis. Los dibujos los venden a WeChat y a otras aplicaciones de mensajería instantánea. Gracias a este novedoso contenido, la famosa app china de mensajería instantánea gana puntos con sus usuarios.

Budding Pop cobra vida

Al negocio se suman empresas de propiedad intelectual como Block 12, que vende licencias a productoras de cine, canales de televisión, fabricantes de juguetes y editores de cómics para que utilicen los emojis. Budding Pop está presente en objetos de entretenimiento, tarjetas del banco y películas.

WeChat tiene una tienda virtual de emojis donde los artistas venden su trabajo. Tencent afirma que hay 23.000 sets, la mayoría de ellos gratis. El año pasado se añadieron siete de pago (0,80 euros). “Ahora gano un dinero extra dibujando emojis”, cuenta Zhang.

Otras empresas se han sumado a esta tendencia. Vision News, un departamento de la redacción de China Daily, ha creado uno de nombre Dao Jun o Dao Knowhow, un muñeco parecido a un delfín de color verde azulado. Está disponible en WeChat. “Usamos esta imagen en los cómics”, cuenta Wang Xiaoying, directora de Vision News. “Queremos aprovechar esta entrañable figura para crear noticias visuales divertidas”.

Cheng Yanbo, un analista de videojuegos, opina: “En la era de Internet, la capacidad de atención del usuario es fugaz. Los creadores de emojis tienen que innovar constantemente”. Cheng apunta que la protección de los derechos de propiedad intelectual ayudaría a mejorar los ingresos de los artistas.

Desde un punto de vista comercial, el creciente segmento de emojis chinos no es muy diferente de la industria de estas simpáticas imágenes en Japón, donde surgieron en los años noventa como una manera de comunicarse con rapidez.

No en vano el término emoji es japonés. Significa imagen más letra. En Japón se crearon una serie de figuras como Kumamon y Poinko, que pasaron a formar parte de la cultura popular nipona. Los emojis chinos han recorrido el mismo camino.