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Los jóvenes chinos se alejan de las megalópolis
Shanghai, una de las cuatro ciudades de primer nivel que existen en China, junto a Beijing, Guangzhou y Shenzhen.

Los jóvenes chinos se alejan de las megalópolis

Las ciudades emergentes de primer nivel atraen ya más talento que Beijing, Shanghai, Shenzhen y Guangzhou. Más baratas y tranquilas, ofrecen perspectivas laborales y una vida mejor
ZHAO XINYING - 18 Oct 2019 10:13

Fu Ninghui está feliz tras haberse mudado a Zhengzhou, la capital de la provincia de Henan. El año pasado trabajó seis meses como traductora en Shenzhen, en la provincia de Guangdong, y su experiencia en la gran ciudad fue dura. Ahora disfruta de un ritmo de vida más tranquilo y paga menos por su casa. “Ya no tengo que invertir tanto tiempo en el trabajo ni en los desplazamientos y puedo dedicarme a mis cosas”, explica recordando las estresantes condiciones de su antigua residencia, una de las cuatro ciudades de primer nivel que existen en China junto a Beijing, Shanghai y Guangzhou.

Muchos jóvenes graduados se desplazan a alguna de estas cuatro megalópolis al finalizar sus estudios en busca de oportunidades, aunque la tendencia está cambiando. El alto precio de la vivienda, la fuerte competitividad o la saturación del mercado laboral están propiciando desplazamientos a poblaciones más pequeñas que también cuentan con buenas perspectivas de futuro.

Zhengzhou, el nuevo destino de Fu tras abandonar Shenzhen, es una de las 15 ciudades emergentes de primer nivel del país, entre las que también se encuentran Chengdu, Hangzhou, Wuhan o Shenyang. Según la clasificación de urbes que hay en China, este grupo se encuentra solo un escalón por debajo de las cuatro más grandes, pero por encima de las de segundo nivel. El ranking de ciudades se establece en función de cinco factores: la riqueza de los recursos comerciales, la eficacia del transporte interurbano, el potencial de desarrollo, el grado de actividad de sus habitantes y la diversidad de sus estilos de vida.

En busca de un futuro mejor

Este nuevo grupo de ciudades emergentes de primer nivel –un término acuñado por los medios chinos hace seis años–, surge para intentar resolver los problemas de superpoblación, congestión y contaminación que se dan en Beijing, Shanghai, Shenzhen y Guangzhou, como explica Ding Changfa, profesor asociado de economía en la Universidad de Xiamen, en la provincia de Fujian. La misión de estas urbes, según señala, es aliviar el malestar metropolitano. “La mayoría son capitales de provincia o núcleos regionales. Están atrayendo industria y talento y asumiendo algunas de las funciones de las cuatro grandes”, relata.

Difícil acceso a la vivienda

Liu Yuanju, investigador del Instituto de Finanzas y Derecho de Shanghai, asegura que el precio de la vivienda en las ciudades de primer nivel se ha disparado y los jóvenes cada vez lo tienen más difícil para comprar una casa. “La normativa para registrarse como residente en una de las cuatro grandes urbes –que se rige en toda China por un documento oficial llamado hukou– está alcanzando unos niveles de exigencia sin precedentes. Solo unos pocos pueden obtener estos permisos, por lo que algunos buscan en otro lado”, afirma.

El poder de las ciudades emergentes de primer nivel para atraer talento ha aumentado de forma clara. Incluso supera al de las cuatro grandes. Una encuesta reciente realizada por Xinhuanet y Ziroom, una plataforma inmobiliaria online, revela que el alquiler de viviendas en Tianjin, Chengdu, Wuhan, Nanjing y Xi’an aumentó el año pasado a un ritmo mucho más rápido que en las megalópolis. El número de universitarios que eligió trabajar en alguna de estas 15 urbes creció un 26% en 2018, un 4% más que en 2014. En el mismo período, el porcentaje de quienes escogieron las cuatro grandes disminuyó del 25% al 21%.

Ayuda para recién llegados

El 44% de los licenciados espera encontrar trabajo este año en alguna de las 15 urbes emergentes, según un informe de la web de recursos humanos Zhaopin. El documento revela asimismo que la industria se está desarrollando a gran velocidad, por lo que aumenta la demanda de profesionales cualificados. Con el fin de atraerlos, estas ciudades han aligerado los trámites necesarios para obtener la residencia permanente y ofrecen apoyo económico a los licenciados a la hora de comprar una vivienda. Además de estos incentivos, el coste de la vida es menor y existen más oportunidades de trabajo, algo que las ha convertido en los destinos codiciados.

Sin embargo, todavía existen brechas que las separan de las ciudades de primer nivel. Weng Tingyan, una diseñadora gráfica de 26 años que se mudó a Wuhan tras probar suerte en Beijing, cree que su nuevo hogar está algo rezagado en educación, atención sanitaria, transporte y entretenimiento, y que las condiciones medioambientales deben mejorarse. Fu, sin embargo, se muestra más optimista: “En las urbes emergentes es más fácil vivir bien y tener un futuro brillante. Además, se desarrollan a gran velocidad y las diferencias son cada vez menores”.