La última plataforma digital que ha calado hondo en China son los vídeos cortos llamados videoblog o vlog. Es un formato informal y espontáneo en el que la persona habla directamente a cámara de manera natural, sin filtros.
Los vloggers cuentan historias de una manera muy diferente a como lo hacen los famosos y las estrellas de Internet. Hablan con franquezay muestran su vida diaria tal y como es. Describen el último viaje que hicieron, el libro que están leyendo o qué van a comer. A la gente le encanta.
Desde finales de 2016, los vídeos cortos –suelen durar menos de un minuto– dominan las pantallas de los móviles en China. Según el buscador Baidu Index, el número de búsquedas de vlogs ha aumentado desde el año pasado.
El vlogger Sun Dongshan creó el año pasado un repositorio para este tipo de clips en Sina Weibo (unared social similar a Twitter). La audiencia desde entonces ha alcanzado los 280 millones. Sun ha grabado 150 vlogs desde 2016. "Nadie en China hacía esto por aquel entonces", dice."Mientras que la fotografía captura un momento, el vlog registra un alma", dice Sun, para quien la personalidad del vlogger es una parte muy importante.
Las generaciones de ahora son más abiertas y les gusta compartir sus experiencias. Es ahí donde el vlog encuentra su sitio."La clave es la autenticidad", explica Sun. "Puedes expresarte de manera exagerada o hacer un vídeo más artístico, pero tienes que ser genuino".
Unas llamativas gafas de sol amarillas captan la atención de sus seguidores. "Crean una atmósfera mágica y simpática. A los más jóvenes les encantan”, dice Sun. Para su vlog número 100 visitó el Museo de Cera de Madame Tussaud en Shanghai y puso las lentes amarillas en la cara de las recreaciones de cera de famosos. Se convirtió en uno de sus vídeos más populares.
A diferencia del carácter desenfadado y jovial de Sun, Si Ling se comporta más como un amigo para los espectadores."Soy una chica a la que podrías conocer de compras, mientras comes o cuando ves una película. Alguien que podría ser tu compañera de clase, de trabajo o la amiga de un amigo", se describe en uno de sus vídeos.
Si Ling, estudiante de posgrado de Taiwán que vive en Beijing, adora grabar contenido y subirlo a Internet. Cuenta que la China continental es nueva para ella y que le sorprenden muchas cosas. Con los vlogs no solo se dirige a sus seguidores, sino que le sirve para mantener a sus padres al tanto de su vida. Define los vídeos como "locales" y el mensaje que transmite se basa en tener una actitud positiva en la vida.
"Solo soy una chica normal a la que le gusta grabar su día a día en Beijing. Trato de aportar energía positiva a la sociedad mientras hago lo que me apasiona". Si piensa que los vlogs son un buen testigo de su crecimiento. Los vídeos satisfacen la curiosidad del espectador sobre la vida de los demás y muestran cómo lidiar con las distintas situaciones del día a día y afrontar las consecuencias.
"No preparo mucho los vlogs. Busco mantener la autenticidad ", dice Si. Desde que comenzó a publicarlos el año pasado, ha conseguido 40.000 seguidores en la plataforma especializada Bilibili. Sus vídeos acumulan 3,6 millones de visitas.
La vlogger es muy conocida por un clip sobre un viaje al condado de Guanghe en la provincia de Gansu. La cuenta oficial de WeChat del Diario del Pueblo lo publicó y contabilizó 10 millones de visitas. Para muchos jóvenes chinos, los vlogs son una moda. Un nuevo formato que les empuja a crear su propio estilo y contar una historia. Los espectadores se sienten atraídos por la apariencia o actitud del personaje, incluso por su voz. El encanto personal de un vlogger se magnifica a través de esta plataforma.