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Naranjas contra la escasez
Huichang era uno de los territorios más desfavorecidos de China hasta el año pasado. En la imagen, sus habitantes durante la recolección de la naranja.

Naranjas contra la escasez

El cultivo de fruta ha mejorado la vida de muchos en Huichang. Gracias a sus esfuerzos por reducir la pobreza, China ha conseguido que, entre 2013 y 2019, 93 millones de personas dejen de estar necesitadas
CUI JIA Y ZHU ZHE - 03 Ago 2020 13:52

Se habla mucho de reducir la pobreza, uno de los objetivos clave del Gobierno chino, pero pocos saben qué se siente al padecerla, afirma Li Fashun, un agricultor de la provincia de Jiangxi que ha vivido la escasez en primera persona. Acabó desmotivado tras ver cómo aumentaban sus deudas y llegó a pensar que nunca saldría de su situación.

“Me levantaba cada mañana desesperado”, recuerda Li, que tiene 44 años y se dedica al cultivo de la naranja en la aldea de montaña de Nantian, en el condado de Huichang. Él y su esposa trabajaban duro para encargarse de su plantación y mantener a la familia, pero su suerte cambió cuando al padre de Li le diagnosticaron cáncer de garganta en 2012 y comenzó a necesitar cuidados a tiempo completo.

Desarrollo rural

Como ya no podía administrar los naranjos, acabaron las buenas cosechas. Al mismo tiempo, los ahorros se esfumaron en tratamientos y en la matrícula universitaria de su hija. Sin ingresos, Li se endeudó a toda velocidad y tuvo que pedir 120.000 yuanes (15.000 euros) prestados a familiares y amigos. Cada nuevo préstamo aumentaba su frustración.

Cuando el Gobierno central chino aprobó en 2013 una política para erradicar la pobreza en todo el país, cerca del 15% de los 511.600 habitantes de Huichang la sufrían. Este condado figuraba en la lista de los más desfavorecidos desde 1986, año en el que se establecieron por primera vez instituciones a todos los niveles para abordar el problema.

Al igual que sucede en muchas zonas de la China rural, las malas comunicaciones y la falta de terrenos cultivables han limitado el desarrollo económico, poniéndoselo difícil a las personas para mejorar su nivel de vida. En 2013, el 40% de los residentes de Huichang padecía alguna enfermedad grave o cuidaba de algún familiar en estas circunstancias.

En Nantian, el comité de la aldea elabora una ficha sobre cada vecino en situación de pobreza, en la que detalla qué la provoca y qué políticas de apoyo existen para remediarlo.

Al igual que en otras partes de China, los funcionarios imprimen esas fichas y las cuelgan en la pared de la oficina para recordar que se trata de un asunto prioritario. Cada vez que los ingresos de algún residente se elevan por encima del umbral nacional de la pobreza, pegan una etiqueta en su ficha que dice “fuera de la pobreza”. Al mismo tiempo, esa información se actualiza en la base de datos nacional sobre población en riesgo.

Conforme el número de etiquetas aumenta en las paredes de las oficinas de todo el país, el progreso se hace más evidente. Según anunció en marzo el presidente, Xi Jinping, si en 2012 había en China casi 100 millones de personas viviendo en la escasez, al final del año pasado eran solo 5,51 millones.

Por otro lado, la tasa de pobreza ha caído del 10,2% al 0,6% desde que el plan echó a andar. En 2010 se consideraba necesitados a los hogares que ganaban al año menos de 2.300 yuanes (286 euros) por cabeza. Este umbral, que se ajusta anualmente de acuerdo con la inflación, se sitúa ahora en 4.000 yuanes (505 euros).

No obstante, el nivel de ingresos no es el único indicador para evaluar los avances, recuerda Li Weiming, director de la oficina regional para la reducción de la pobreza. “Aunque cobren lo suficiente, las personas no pueden ser tachadas de la lista si no tienen acceso a educación,atención médica, agua potable y una vivienda segura”, subraya.

En 2015, Li Fashun dejó de preocuparse por las facturas médicas.Su padre pudo acceder a un seguro de salud financiado al 90% por elGobierno. No solo empezó a dedicar más tiempo a sus naranjos, sino que solicitó un crédito sin intereses para unirse a una cooperativa de productores locales. “Lo único que necesitaba era motivación para ser ambicioso”, afirma Li.

El año pasado consiguió que su ficha exhibiera la etiqueta de “fuera de la pobreza”, al igual que muchos de sus vecinos.Si en 2013 había 80.000 registrados en Huichang, en diciembre se habían reducido a 778. En abril de 2019, también su condado salió de la lista de emergencia.