El condado de Menglian, en la provincia de Yunnan, se ha convertido en un destino turístico gracias al aguacate. Sus extensos cultivos, los mayores de China, no solo generan el 80% de la producción nacional. También atraen a numerosos visitantes que buscan experiencias gastronómicas en torno a este fruto asociado a la salud, como el aguacate-latte, un curioso café.
“Es muy versátil. Combina incluso con la comida china”, asegura sobre el oro verde Wang Longsheng, un viajero. “Además de utilizarse para hacer leche, yogur o incluso mascarillas faciales, también se toma con wasabi, salsa de soja, frito o en guisos de pollo”, confirma Zha Ke, un agricultor de la zona.
Un producto con nombre propio
México, país del que procede el aguacate y desde el que luego se extendió a Centroamérica y Sudamérica, continúa siendo uno de los grandes productores y exportadores del mundo, junto con Chile, Perú y Kenia. Menglian tiene casi el mismo clima y latitud que Uruapan, en el estado mexicano de Michoacán, la mayor zona aguacatera del mundo, por lo que reúne las condiciones idóneas.
Sus plantaciones, de 7.927 hectáreas, generaron el año pasado 680 millones de yuanes (87 millones de euros) y consiguieron que China redujera sus importaciones del extranjero en un 15%. El aguacate del condado es hoy una marca con certificado de Indicación Geográfica Nacional y su industria da de comer a 11.000 hogares.