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Shanghai, la ciudad que abandera el reciclaje en China
Uno de los puntos limpios de Shanghai.

Shanghai, la ciudad que abandera el reciclaje en China

Ha sido la primera en regular la gestión de residuos domésticos, una iniciativa que otras urbes empiezan a imitar. Aunque casi todos los vecinos cumplen, se han puesto 10.000 multas
XING YI - 06 Oct 2020 7:58

Cuando Chen Meixiang prepara la cena, coloca una bolsa junto al fregadero y echa allí los restos de comida. Sobre las 19.30, baja a la calle y la deposita en el contenedor marrón del vecindario. Para el cartón y las latas vacías, utiliza el verde; y para el resto de la basura, el negro. Al igual que millones de habitantes de Shanghai, Chen empezó a clasificar basura el año pasado, cuando la urbe se convirtió en la primera ciudad china en regular la gestión de residuos domésticos. 

Desde que entró en vigor la nueva normativa, empresas y particulares están obligados a separar sus desechos en cuatro apartados bajo amenaza de multa. Aunque la iniciativa despertó críticas al principio, la resistencia ha ido cediendo gracias a campañas de concienciación en medios, incentivos fiscales, a las mejoras en el tratamiento de residuos y a la seriedad con la que se aplica la ley. 

Miles de toneladas al día

Según el Buró Administrativo de Paisajismo y Apariencia Urbana de Shanghai, que supervisa la recolección, el transporte y la gestión de basuras, cada día se producen en la ciudad 9.600 toneladas de desechos orgánicos, 6.800 de materiales reciclables y 3,3 de sustancias peligrosas. Desde que arrancó la norma, la recolección de los primeros ha aumentado un 38%; la de los segundos, un 71%; y la de las terceras, un 1%.

En paralelo, se recoge al día casi un 20% menos del resto de residuos, el equivalente a 15.500 toneladas. El programa, que se enmarca dentro de un plan nacional, se propone reducir el volumen de desechos a través del reciclaje, la gestión segura y el tratamiento. El año pasado, el Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural hizo un llamamiento a las cerca de 300 grandes áreas metropolitanas de China para que se sumaran a la iniciativa antes de 2025.

Shanghai ha demostrado que, para implantar la clasificación de residuos, no solo es necesario que existan leyes, sino también tecnología, buena gestión y un gran esfuerzo colectivo que se mantenga en el tiempo. Zhou Chun, fundadora de una empresa que se dedica a concienciar a la población, asegura que la mayoría de las personas cumple. No obstante, las patrullas urbanas se encargan de multar a quienes no lo hacen: ya han llevado a cabo 152.000 inspecciones y puesto casi 10.000 multas. 

Un ejemplo a seguir

Para que los esfuerzos no caigan en saco roto, también hay que transportar y tratar lo clasificado. En Shanghai, estas tareas se llevan a cabo en la moderna planta de reciclaje de Laogang, a 40 kilómetros del centro de la ciudad. Con sus 30 km2, se trata del complejo de tratamiento de basuras más grande de Asia y comprende vertederos, incineradoras, centros de aprovechamiento de desechos orgánicos, procesadoras de residuos industriales y tóxicos y un proyecto de restauración forestal. 

El éxito del programa en Shang-  hai ha llevado a otras urbes a seguir su ejemplo. Beijing, Wuhan y Urumqi han implantado normativas similares, mientras que Nanjing y Jinan empezaron en junio a sondear la opinión pública para hacer lo propio. Además, se espera que Harbin, Haikou y Sanya comiencen a reciclar a finales de año.