Chongqing es una de las ciudades chinas que menos luz del sol recibe. Precisamente por ello, resulta chocante que innove en energía solar. En esta ciudad situada al suroeste del país, toda una potencia industrial, las fábricas destinan gran parte de sus tejados a proyectos ecológicos que permitan llevar a cabo un desarrollo sostenible.
Chang’an Auto, uno de los principales fabricantes de automóviles de la urbe, puso en marcha el pasado abril el proyecto de paneles fotovoltaicos más grande de Chongqing. Con una capacidad instalada total de 37 megavatios, cubre 30 hectáreas –el equivalente a 42 campos de fútbol–, se sirve de sus tejados y cocheras para albergar módulos fotovoltaicos dentro de sus instalaciones.
Más seguro y eficiente
Según Chang’an Auto, está previsto que el sistema genere 667 millones de kilovatios-hora de electricidad en 25 años, lo que reducirá el uso de carbón y las emisiones de dióxido de carbono en 240.000 y 670.000 toneladas, respectivamente.
En los últimos años, China ha hecho todo lo posible por cumplir los objetivos de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París. En septiembre de 2020, se comprometió a lograr su pico de emisiones de CO2 para 2030 y a alcanzar la neutralidad de carbono antes de 2060.
Con esa meta en el horizonte, el país ha adoptado medidas para impulsar su capacidad instalada de energía eólica y solar y avanzar hacia un modelo combinado que sea seguro, eficiente y bajo en emisiones.