Científicos chinos han publicado recientemente un relevante hallazgo que ayudará a entender mejor la historia de la Luna y la dicotomía de sus dos hemisferios, así como a comprender las grandes diferencias que existen entre su cara visible y su cara oculta.
Según un comunicado publicado de forma conjunta por la Administración Nacional del Espacio de China y la Autoridad de Energía Atómica de China el pasado 6 de octubre, un grupo de investigadores del Instituto de Investigación de Geología del Uranio de Beijing, que pertenece a la Corporación Nuclear Nacional de China, la Universidad de Pekín y la Universidad de Shandong, ha descubierto, por primera vez, que el manto lunar de la cara oculta es “más frío” que el de la cara visible.
Los investigadores han podido llegar a esta conclusión tras analizar el polvo lunar recogido por la sonda robótica Chang'e-6 en la cara oculta de la Luna. El descubrimiento, que se publicó el 30 de septiembre en la revista científica Nature Geoscience, permitirá comprender mejor la dicotomía de los dos hemisferios lunares. Entre otras evidencias, el estudio aporta pruebas petrológicas y geoquímicas que demuestran que existe una diferencia de temperatura entre el manto del lado visible y el oculto del satélite. También ofrece información científica clave para investigar cómo ha sido la evolución de la Luna y las características de sus dos hemisferios.
Un hallazgo de gran valor
Ubicado bajo la corteza del satélite terrestre, el manto lunar es el mayor componente de la Luna en términos de volumen, y también el responsable de sus antiguas actividades volcánicas, que se formaron por el movimiento ascendente de sus materiales. Por este motivo, conocer las propiedades interna de la Luna, como las del manto, resulta crucial para investigar la evolución del satélite, explica el comunicado.
A la hora de estudiar las muestras aportadas por la sonda Chang'e-6, los científicos han aplicado diversos métodos de análisis. Utilizaron tres termobarómetros distintos para examinar la composición de minerales característicos del basalto del regolito lunar, como clinopiroxenos y plagioclasas, así como para calcular su temperatura y su presión de cristalización.
Para asegurarse de que los resultados tuvieran validez científica, el equipo simuló el proceso de cristalización de las muestras aportadas por la Chang’e-6 mediante un modelo petrológico; es decir, reproduciendo la manera en que se forman y evolucionan. Los cuatro métodos independientes que se emplearon arrojaron resultados consistentes: las muestras de basalto del lado oculto de la Luna cristalizan a una temperatura cercana a los 1.100 °C, a unos 100 °C menos que las muestras del lado visible del satélite.
“En su conjunto, lo que hemos descubierto demuestra que el manto de la cara oculta de la Luna es relativamente más frío que el manto de la cara visible, lo cual se ajusta a las diferencias que existen entre los dos hemisferios en cuanto a grosor de la corteza y distribución de los elementos que generan calor. Asimismo, los hallazgos aportan información sobre la evolución térmica de la Luna y la asimetría que presentan los dos hemisferios”, afirman los científicos en su artículo de Nature Geoscience.
Li Ziying, uno de los investigadores principales, señala que el estudio de las diferencias físicas y químicas entre la cara visible y la oculta de la Luna no solo permite a los científicos conocer mejor el satélite, sino que también revela información sobre la evolución de la Tierra.
La misión Chang'e-6, la primera que obtuvo muestras de la cara oculta de la Luna en todo el mundo, se lanzó en mayo de 2024 desde el Sitio de Lanzamiento de Naves Espaciales de Wenchang, en la provincia de Hainan. Tras realizar complicadas maniobras durante 53 días, regresó a la Tierra con 1935,3 gramos de muestras, lo que resultó todo un éxito.