Una empresa china planea construir una fábrica de baterías en Hungría que podría convertir al país centroeuropeo en referencia clave del sector. Según los expertos, la planta contribuirá a satisfacter la demanda de los fabricantes de automóviles conforme transicionan hacia la producción de vehículos eléctricos.
Contemporary Amperex Technology, también conocida como CATL, es el mayor fabricante del mundo de baterías de iones de litio para coches eléctricos y hace poco anunció que invertirá 7.340 millones de euros en levantar una planta en Debrecen, al este del país. Tendrá capacidad para producir 100 gigavatios hora y será la mayor inversión de la historia de Hungría en un terreno no urbanizado; es decir, no destinado previamente a usos comerciales de ningún tipo.
Situación estratégica
Christopher Bovis, profesor de Derecho mercantil internacional en la Universidad de Hull, Reino Unido, afirma que “la inversión china en Hungría no solo contribuirá a consolidar la posición del país como centro de investigación dentro de la Unión Europea, sino que tendrá especial relevancia debido a su proximidad con Alemania, fabricante líder del sector automotriz”. Estar cerca de clientes clave, como Mercedes-Benz, BMW y Volkswagen, le permitirá satisfacer mejor las demandas del mercado europeo.
La nueva fábrica de baterías será la más grande de Europa en su categoría y, tras la apertura previa de otra planta en el estado alemán de Turingia, se convertirá en la segunda que CATL instala de forma independiente en la zona. Esta última tiene capacidad para producir 14 GWh al año y está previsto que comience a funcionar a pleno rendimiento a finales de este año. Una vez se apruebe el proyecto, la planta de Debrecen empezará a construirse en las mismas fechas.
Tras haberse comprometido a alcanzar la neutralidad climática para 2050, la Unión Europea se ha propuesto que el 100% de los nuevos vehículos que se vendan en su territorio sean eléctricos en 2035. Para esa fecha, el banco de inversión Goldman Sachs prevé que el espacio comunitario necesite cerca de 1.000 GWh de baterías.
“La inversión china acelerará la implantación de los vehículos eléctricos, ya que creará conciencia para buscar alternativas que eviten los combustibles fósiles y los motores de combustión interna”, asegura Bovis.