CERRAR

Este website está editado por el diario China Daily de la República Popular China, que asume toda la responsabilidad sobre sus contenidos

La sonda china Chang’e-6 llevará tres cargas científicas europeas a la cara oculta de la Luna
Una de las muestras lunares recogidas por la sonda Chang'e-5, expuesta el año pasado en el Museo de las Crónicas de Hainan, en la provincia del mismo nombre.

La sonda china Chang’e-6 llevará tres cargas científicas europeas a la cara oculta de la Luna

La misión, que incorpora instrumental de Francia, Italia y Suecia, intentará recoger muestras en la parte inexplorada del satélite, algo que nunca se ha hecho
ZHAO LEI - 12 Abr 2024 12:32

La onda robótica Chang'e-6 no solo intentará recoger muestras de la cara oculta de la Luna, un ambicioso proyecto que no tiene precedentes, sino que también llevará hasta allí tres cargas científicas europeas. La empresa es relevante porque los materiales que recopile permitirán estudiar y entender mejor la historia y la física del único satélite natural de la Tierra. Por todas estas razones, la próxima misión espacial de China ha despertado un gran interés internacional.  

Según detalló la Administración Nacional del Espacio de China, la primera de las tres cargas extranjeras que transportará la nave pertenece al Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia e incluye un instrumento para medir el radón. Se espera que pueda ayudar a estudiar el movimiento del polvo lunar y de algunas sustancias químicas volátiles que se encuentran entre el regolito de la Luna –una capa de materiales rocosos no consolidados– y su exosfera.

La segunda carga europea es un retrorreflector láser pasivo del Instituto Nacional de Física Nuclear de Italia, que se utilizará como telémetro para el módulo de aterrizaje de la Chang'e-6. Por último, el Instituto Sueco de Física Espacial contribuirá con el primer instrumento dedicado a iones negativos que se lanza más allá de la Tierra. Esta tercera carga, que cuenta con el apoyo de la Agencia Espacial Europea, tratará de detectar los iones negativos que se emiten desde la superficie lunar como resultado de la interacción con el viento del Sol. 

Concurso internacional

Las propuestas de Francia, Italia y Suecia resultaron ganadoras en el concurso que se convocó para que las potencias extranjeras pudieran participar a la misión Chang'e-6. En total, concurrieron más de 20 proyectos procedentes de distintas agencias espaciales e institutos de investigación científica de otros países. Poder aterrizar en la cara oculta de la Luna, que es totalmente desconocida y hasta la fecha solo ha sido objeto de grandes especulaciones, supone una oportunidad única.   

Yang Yuguang, observador de alto nivel en la industria espacial y vicepresidente del Comité de Transporte Espacial de la Federación Astronáutica Internacional, recuerda que China y Europa llevan muchos años colaborando en este sector. Además, subraya que ambas partes han salido siempre beneficiadas de esos proyectos comunes.

El cohete de carga pesada Gran Marcha-5 será el encargado de transportar la sonda robótica Chang'e-6. Está previsto que despegue en las próximas semanas desde el Centro de Lanzamiento de Naves Espaciales de Wenchang, situado en la costa este de la provincia de Hainan.

Si todo marcha según lo previsto, la nave realizará una serie de maniobras y aterrizará finalmente en la cuenca Aitken, que se encuentra en el polo sur de la Luna.

Un hito histórico

Al igual que la sonda Chang'e-5, su predecesora, la Chang'e-6 ha sido creada por la Academia de Tecnología Espacial de China en Beijing. Asimismo, también consta de cuatro componentes: orbitador, módulo de aterrizaje, módulo ascendente y módulo de retorno.

Después de recoger polvo y rocas lunares, el módulo ascendente transportará las muestras a la órbita del satélite para transferirlas al de retorno, que se encargará de llevarlas a la Tierra. Mientras tanto, los instrumentos científicos del módulo de aterrizaje seguirán funcionando hasta que les dure la energía.

Estados Unidos, la ex Unión Soviética y China han logrado con anterioridad transportar materiales de la Luna a la Tierra, pero ninguna potencia ha conseguido hasta la fecha recoger muestras del suelo de su cara oculta. Pese a que se trata de una parte del satélite que había sido fotografiada desde naves espaciales, ninguna sonda había aterrizado en ella hasta que la misión china Chang'e-4 se posó en la cuenca Aitken en enero de 2019.