Con el desarrollo del 5G y de la inteligencia artificial, los vendedores chinos de smartphones están doblando sus apuestas de cara al próximo campo de batalla: el internet de las cosas (IdC).
Quieren crear nuevas fuentes de ingresos para no depender de los negocios de los teléfonos inteligentes y del hardware. Después de todo, en la era del 5G y del IdC enfocado al consumo, cualquier aparato puede conectarse a Internet, desde un frigorífico hasta un automóvil o una lámpara.
El IdC aplicado al consumo no solo hace que los hogares sean más cómodos y que resulte más fácil abordar las tareas domésticas. También permite que los usuarios sigan conectados mientras se mueven, lo que abre a las empresas un mercado multimillonario.
Se prevee que el mercado mundial del internet de las cosas enfocado a consumo doméstico, que en 2020 facturó 97.500 millones de dólares (casi 84.000 millones de euros), aumentará hasta alcanzar los 168.340 millones de dólares (casi 145.000 millones de euros) en 2025. Según la empresa de investigación de mercados Market Data Forecast, en este período se registrará una tasa de crecimiento anual compuesto del 17,48%. Ante estas expectativas, y aprovechando las bases de usuarios de sus smartphones y su experiencia en integrar hardware y software, las compañías chinas están actuando a gran velocidad para ganar terreno en el sector.
Sistemas operativos propios
Xiaomi, el segundo mayor proveedor de teléfonos inteligentes por volumen de envíos en el segundo trimestre de este año, está intensificando el desarrollo de su ecosistema IdC.
En septiembre, la compañía anunció que había registrado oficialmente su negocio de vehículos eléctricos contando con un capital social de 10.000 millones de yuanes (1.340 millones de euros). Este paso forma parte de un plan más ambicioso por parte de la empresa, que contempla invertir 10.000 millones de dólares (8.600 millones de euros) durante la próxima década en este mismo negocio.
Según analistas de la compañía Counterpoint Research, los vehículos del futuro estarán más conectados, generarán un mayor volumen de datos para el análisis, tendrán más capacidad para procesarlos y contarán con mucha más participación por parte del usuario, como sucede con smartphones u otros dispositivos. Hacia este escenario caminará Xiaomi.
Sin contar con los teléfonos inteligentes ni los ordenadores personales de la compañía, más de 374 millones de dispositivos de Xiaomi con IdC se han conectado ya a su plataforma de inteligencia de las cosas, una tecnología que combina la inteligencia artificial y el internet de las cosas (AIoT, por sus siglas en inglés). Por otro lado, más de 7,4 millones de personas tienen cinco o más dispositivos con IdC conectados a la plataforma de Xiaomi, mientras que la aplicación para hogares inteligentes de la empresa suma en estos momentos 56,5 millones de usuarios activos al mes.
Los rivales chinos de este gigante tecnológico, como Huawei, Oppo, Vivo y Realme, se están moviendo en la misma dirección. La primera de estas empresas está intensificando el desarrollo de su negocio de IdC, que incluye desde relojes inteligentes a PC o televisores. Más de 300 marcas utilizan ya HarmonyOS, el sistema operativo desarrollado por Huawei para ofrecer al usuario una “experiencia fluida” en diferentes dispositivos. A finales de año, la firma espera contar con 40 nuevos socios y lograr que su sistema llegue a 300 millones de dispositivos.