En una residencia de ancianos del distrito de Pudong, en Shanghai, las personas mayores suelen interactuar con tres robots adoptados hace poco. Los autómatas, que funcionan con baterías, ayudan a los usuarios cuando necesitan rehabilitación. Basta con colocar el codo o la rodilla sobre uno de estos humanoides para recibir un tratamiento de fisioterapia, previamente diseñado por profesionales.
A los ancianos les gusta este sistema porque el proceso se parece a un juego. Además, todos los datos de las sesiones se almacenan en la máquina, lo que permite tener una referencia de lo que ya se ha hecho.
Es solo la punta del iceberg en el campo de la tecnología inteligente aplicada al cuidado de las personas mayores. Tang Yunming, fundador de Xianning Laserspeaker Technology, relata que se ha desarrollado un sistema de ondas ultrasónicas que permite acotar la difusión de música a espacios muy concretos. “Nuestro equipo de transmisión de sonido puede configurarse, por ejemplo, para que solo pueda escucharse en 600 metros cuadrados, y no fuera de esa superficie”, explica pensando en las personas que practican tai chi o danza al aire libre y no quieren molestar a otros.
Se calcula que el valor del sector del cuidado inteligente aplicado a la tercera edad ascendió a 3,2 billones de yuanes (410.000 millones de euros) en 2019, un 18% más que en 2017. El desarrollo de la robótica, la inteligencia artificial, el Internet de las cosas o el 5G están revolucionando este campo, que se estima que facturó más de 500.000 millones de euros el año pasado.
El Gobierno también rema en esta dirección. En 2017 adoptó un plan para desarrollar un sistema de atención inteligente destinado a mayores que cubriera todo su ciclo vital y está colaborando con distintas empresas para liderar este campo.